Crónica de una visita a la finca

dinamarca de visita

 

Una de nuestras paradas fue Permacultura Laguar. Allí, estuvimos un fin de semana ayudando a Jesús y Dara en su proyecto. Durante nuestra estancia, Jesús nos hizo de guía por su finca, visitando las diferentes zonas, la cual presenta una casa de paja en la zona 1, gallinero, aula de talleres, baño seco y varias estructuras de caña en diferentes lugares, entre otras cosas. A cambio de unas horas de voluntariado, recibimos alojamiento y comida.

La finca, escondida en un rincón de la zona alta del valle de Laguar, se encuentra en un lugar recóndito y a tan solo media hora de la costa, con unas vistas privilegiadas del paisaje tradicional de la Marina Alta.

Durante la mañana del sábado, ayudamos a recolectar naranjas en un terreno en custodia, situado en la zona baja del valle. Aparentemente, una parte de los propietarios de terrenos con cultivos son jubilados aficionados a la agricultura. Sin embargo, muchos de ellos no tienen energía suficiente para trabajar sus parcelas. Jesús intenta ayudarles para transformar estos monocultivos (naranjos en su mayoría) en sistemas agroforestales de mayor biodiversidad y una producción de alimentos más variada.

Durante el domingo, estuvimos pelando la corteza de dos troncos de pinos que se habían seleccionado para talar varias semanas antes. Estos troncos se utilizarán posteriormente en la bioconstrucción.

En nuestro tiempo libre, pudimos salir a caminar por un sendero PR, una ruta impresionante con vistas a una catarata y a las terrazas de cultivo que quedan como testigo de la presencia de los árabes varios siglos atrás.

En las zonas de clima mediterráneo, la escasez de agua es un problema. En Permacultura Laguar, tienen un compromiso con ello y son un ejemplo claro en cómo reducir el consumo y ser más eficientes y autosuficientes. Entre otros métodos, tienen recolección del agua de lluvia, filtro verde, baño seco y acolchado. Nos pareció también genial que tuvieran una cocina al aire libre, la cual es muy útil para los meses de primavera y verano. Además, tienen un sistema muy simple de ahorro y reutilización del agua durante el fregado de los platos.

Además, en el cultivo de verduras se utiliza la irrigación por goteo y el acolchado, especialmente, durante los meses de verano. El acolchado es una técnica sencilla en la que el suelo donde se cultivan verduras y hortalizas, se cubre con materia orgánica o con restos de biomasa (restos de la poda cortados finos, mala hierba, algas, paja, etc) que permiten reducir la evaporación del agua del suelo, manteniendo un microclima en el mismo. Además, permite la aportación de nuevos nutrientes a las plantas y evita el crecimiento de malas hierbas.

En general, estuvimos muy a gusto y nos sentimos acogidos por Jesús y Dara. Desde Copenhague, les deseamos lo mejor en este proyecto que emprendieron hace dos años. Muchas gracias por acogernos y sobre todo, por ser un ejemplo alternativo a seguir en el siglo 21.

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